Yo sé que esto ya es como un gran secreto a voces, pero prometo tener algo del ensayo previo al estreno de este miércoles.
¿Qué es Amapola? Bueno... está en donde hace años se ubicaba el "Terraza Casino" y después de eso se convirtió en "Rockotitlán"... y es una recreación de los buenos cabarets de los años 50's, cuando la palabra Cabaret era significado de glamour, un lugar exclusivo al que iba gente de circulos muy especiales: artistas, políticos, etc.
Así que: gran banda, 8 bailarinas, 5 cantantes y se respira como que va a estar en grande.
Seguramente si "cuelgo" ese video antes del miércoles alguien de la producción me mata, pero considerando que acá solo vienen familia y amigos... ni creo que se enteren.
junio 23, 2008
junio 22, 2008
¿Detenerse o no?
Hay días que se me olvida por qué es que mi padre se asusta tanto de que ande manejando a veces de madrugada por esta ciudad de locos. Y resulta que no solo de madrugada se debe uno cuidar.
Durante un sábado de diciembre (si, ya sé que pasó mucho tiempo antes de publicar esto) me tocó ver y vivir algo que probablemente sea para muchos muy tonto, para otros tal vez no lo sea.
Tenía que ir a cantar a un evento. Eran las 2.30 pm de la tarde y tenía que llegar hasta Santa Fé antes de las 4 pm. Pensé en irme por cualquier otro lado menos por periférico porque seguramente estaría muy pesado el tráfico, pero al final decidí que si me iría por ahí. Todavía no sé por qué.
Cuando iba casi frente a Plaza Satélite (o sea, no tenía más de 5 minutos arriba del coche) me cambié del carril de alta hacia el carril de en medio para dejar pasar a un señor como de 75 años que venía atrás de mi en un Tsuru color plata. Tampoco sé todavía por qué.
1 minuto después estaba siendo testigo de cómo el señor del Tsuru se volvió loco y a una velocidad de aprox 40 km/hr se fue a estampar con el Focus de enfrente, que estaba detenido por completo. Obviamente, el Focus a su vez le pegó a una camionetilla que iba enfrente.
Bueno. Yo pasé 5 segundos en los que debo reconocer que pensé "¿me bajo a ayudar o simplemente me cambio de carril y me voy?"... y me detuve. Puse las intermitentes, y me bajé del coche a ver si podía ayudar en algo.
Los señores del Focus estaban heridos, necesitaban ambulancia; y yo que nunca había tenido la necesidad - afortunadamente- de llamar a una ambulancia no tenía el pinche número. Y en esos momentos a uno de por si despistado, se le olvida que el 065 debería ser - en teoría - lo más sencillo.
Después de unos segundos de pasmamiento logramos pedir una ambulancia y después de eso entendí porqué debía detenerme: el señor del coche que "pegó" del nervio se le había olvidado cómo utilizar su celular y peor aún: no tenía crédito para marcarle al seguro. Así que desde el mio le marqué a su seguro, les di los detalles de dónde estaban, le hablamos a su esposa para avisarle del accidente (a quien por cierto no encontramos y el señor le quiso dejar un mensaje en su contestadora) y después de eso todo comenzó a calmarse: los que necesitaban ambulancia se calmaron también (habían intentado golpear al señor que -literalmente- tuvo un descuido), llegó la gente de tránsito y la ambulancia...
Así que ya sin más que hacer por ahí, me subí a mi auto y me fui rumbo a mi evento.
Cuando se pone en extremo nervioso porque salgo de madrugada casi siempre le digo a mi Pa que a este mundo venimos solos y que no podemos hacer otra cosa que manejar con cautela y confiar en mi buen juicio, en la buena fé de la gente a nuestro alrededor y en que alguien me cuida desde arriba.
Ruego porque él, que sigue manejando (y bien) a sus 70, no sufra de algo ni por ejemplo parecido a lo que vi ese día, y que en todo caso, sea mucha la gente la que se detenga a ayudar... no como conmigo: solo era yo de voluntaria. El resto del mundo pasaba de largo mas bien molestos porque se estaba haciendo un tráfico asqueroso en sábado de periférico; y eso que ya deberíamos de estar acostumbrados también a eso.
Durante un sábado de diciembre (si, ya sé que pasó mucho tiempo antes de publicar esto) me tocó ver y vivir algo que probablemente sea para muchos muy tonto, para otros tal vez no lo sea.
Tenía que ir a cantar a un evento. Eran las 2.30 pm de la tarde y tenía que llegar hasta Santa Fé antes de las 4 pm. Pensé en irme por cualquier otro lado menos por periférico porque seguramente estaría muy pesado el tráfico, pero al final decidí que si me iría por ahí. Todavía no sé por qué.
Cuando iba casi frente a Plaza Satélite (o sea, no tenía más de 5 minutos arriba del coche) me cambié del carril de alta hacia el carril de en medio para dejar pasar a un señor como de 75 años que venía atrás de mi en un Tsuru color plata. Tampoco sé todavía por qué.
1 minuto después estaba siendo testigo de cómo el señor del Tsuru se volvió loco y a una velocidad de aprox 40 km/hr se fue a estampar con el Focus de enfrente, que estaba detenido por completo. Obviamente, el Focus a su vez le pegó a una camionetilla que iba enfrente.
Bueno. Yo pasé 5 segundos en los que debo reconocer que pensé "¿me bajo a ayudar o simplemente me cambio de carril y me voy?"... y me detuve. Puse las intermitentes, y me bajé del coche a ver si podía ayudar en algo.
Los señores del Focus estaban heridos, necesitaban ambulancia; y yo que nunca había tenido la necesidad - afortunadamente- de llamar a una ambulancia no tenía el pinche número. Y en esos momentos a uno de por si despistado, se le olvida que el 065 debería ser - en teoría - lo más sencillo.
Después de unos segundos de pasmamiento logramos pedir una ambulancia y después de eso entendí porqué debía detenerme: el señor del coche que "pegó" del nervio se le había olvidado cómo utilizar su celular y peor aún: no tenía crédito para marcarle al seguro. Así que desde el mio le marqué a su seguro, les di los detalles de dónde estaban, le hablamos a su esposa para avisarle del accidente (a quien por cierto no encontramos y el señor le quiso dejar un mensaje en su contestadora) y después de eso todo comenzó a calmarse: los que necesitaban ambulancia se calmaron también (habían intentado golpear al señor que -literalmente- tuvo un descuido), llegó la gente de tránsito y la ambulancia...
Así que ya sin más que hacer por ahí, me subí a mi auto y me fui rumbo a mi evento.
Cuando se pone en extremo nervioso porque salgo de madrugada casi siempre le digo a mi Pa que a este mundo venimos solos y que no podemos hacer otra cosa que manejar con cautela y confiar en mi buen juicio, en la buena fé de la gente a nuestro alrededor y en que alguien me cuida desde arriba.
Ruego porque él, que sigue manejando (y bien) a sus 70, no sufra de algo ni por ejemplo parecido a lo que vi ese día, y que en todo caso, sea mucha la gente la que se detenga a ayudar... no como conmigo: solo era yo de voluntaria. El resto del mundo pasaba de largo mas bien molestos porque se estaba haciendo un tráfico asqueroso en sábado de periférico; y eso que ya deberíamos de estar acostumbrados también a eso.
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