Simplemente los odio!
Tuve que ir a uno de esos que según son el banco local del mundo por que hay uno en cada esquina y porque tienen más de no se cuántas miles de sucursales, léase un HSBC, a hacer una "orden de pago internacional". Entiéndase que era la primera vez que yo hacía un trámite de esos y no tenía la más putrefacta idea de como era el cuento aquél. Así que ahí vamos Doña Marichú y ésta que escribe al mentadito Banco. ¿A cuál vamos? nos preguntamos la una a la otra, y decidimos ir a uno de los tres que nos quedan más cerca de casa. Ahí estábamos: estacionando el coche, sábado a las 12 del día, clima como el de los últimos días en que no llueve temprano pero tampoco hay sol y sin embargo el calor está de los mil diablos.
Bajamos del piojito (así le digo a mi coche), y cuando quedamos con la vista frente al vitral del banquito nomás escucho a mi lado derecho: "me recaaargo en la pared dos veces" Ja ja ja ja
Doña Mari se acababa de aventar una de esas frases que cuando una estaba chica ella no decía y a las que me está empezando a acostumbrar; que no dejan de sorprenderme y alegrarme por lo justas, divertidas y adecuadas pa' cada momento. La cosa era muy predecible: el banco estaba hasta el cepillo (que quiere decir MUY lleno... haaasta la real m.... bueno, ya me entendieron). Y bueno, ni modo de no entrar, había que ayudarle a Tatoo con el trámite bancario ese. Lo hacíamos de corazón y estábamos de buen humor como para pasar un ratin en un banco.
Entramos, no aire acondicionado, y en un espacio de verdad pequeño (uno de estos días lo voy a ir a medir) aproximadas 30 personas antes que nosotros en la fila de las ventanillas en donde, por supuesto, había solo 1 persona atendiendo, otro al que se le hacía bolas el engrudo con el depósito de una persona a la que atendió durante 20 minutos y otro que se estaba haciendo güey por ahí en algún lado trasero en el que no alcanzábamos a ver bien qué era lo que hacía.
Bueno. Doña Mari se formó en ootra fila, para que la atendiera la única ejecutiva presente. Frente a ella como 5 personas esperando turno. El tiempo pasó, la gente siguió llegando y en la fila en la que yo estaba, íbamos avanzando como de a 1 por cada 3 minutos (los conté). Si me sigo con la cuenta, pa cuando yo estaba a solo dos personas de que me atendieran, llevaba ya más de 1 hora formadita no? Así que después del tiempo de fila estaba yo muy a gusto por que por fin me atenderían, la cosa era que a la chica de la caja no se le veía muy contenta, con lo que pensé "esta hija de.. todos modos me va a atender mal y yo no estoy para aguantarla". Ya sé que no debo ser prejuiciosa pero en esas circunstancias uno no puede mas que prepararse para lo que seguramente vendrá.
Pero lo cosa se puso más grave cuando -puc- se fue la luz... Y pensé: seguro nos quedamos sin sistema en 5 minutos, pa' como vamos...
Y como fue:
- Buenas tardes, vengo a hacer un depósito (extendiéndole la tarjeta a la que se haría el depósito pues Doña Mari no tenía a la mano el número de cuenta. En eso también a ella le falla esto de la memoria) y una orden de pago internacional, me puede decir por favor qué necesito para la orden?
- Necesita el número de cuenta del depósito (y grito) ¡el que sigue!
- Oiga, pero en otros bancos puedo hacer el depósito mostrando nada ma...
- Pero en éste banco no (y eso que es el banco local del mundo eh!) ¡el que sigue!
- Bueno, pero me falta la orden de pago internacional
- Tampoco la puede hacer porque no trae su autorización y ya me quedan muy pocos minutos de sistema
Y entonces reventó la bomba....
- A ver, autorización de quién? y sabe qué? si no le gusta el servicio al cliente o está molesta porque tiene que trabajar en sábado o si me tiene que atender y mientras tanto su sistema se acaba de caer NO ES MI PROBLEMA. Debería intentar ser un poco más amable y de paso indicarme quién es su gerente para ver si él o ella sí puede y quiere atenderme...
Y entonces vino el cambio... yo no entiendo porqué uno tiene que amenazar con hablar con un superior para que le atiendan de medio buenas.
Me dijo que fuera con la señorita de los escritorios (en la fila en la que estaba formada la Marichú) y que allá me harían el trámite de la orden de pago internacional mientras que ella me hacía el depósito a la tarjeta que le había dado.
Pero tristemente, cuando llegué con la que parecía la gerente que además estaba atendiendo a los que estábamos formados en esa otra fila para trámites más especializados me di cuenta que la cajera de la primer ventanilla estaba actuando en consecuencia del ejemplo que le daba un superior: si la otra pobre era mala no les quiero ni platicar la ejecutiva del escritorio... y al final efectivamente se fue el sistema y no me pudieron atender.
Salimos de ahí Doña Mari y yo dispuestas a llegar antes de las 3pm a cuaquier otra sucursal, en la cual el trámite de la fila fue menor pero llegando a ventanilla me salieron con que "no tenían el formato para la orden de pago internacional" Cadajo, de verdad que no lo entendí ¿por qué no pueden ser más precavidos y pedirle a su proveedor de papelería que se los manden antes de que se les terminen? Es un baaancoooo!!!!
En fin, salimos corriendo de ahí para ver si en Satélite se podía, pero me evito la pena de contarles...
La cosa que tampoco se pudo hacer y me dieron las 3 de la tarde, hora en la que todas las sucursales cerraban.
Y así, mi Marichú tuvo que ir el lunes a hacer el mentado trámite.
Así que: Odio el HSBC.
Tuve que ir a uno de esos que según son el banco local del mundo por que hay uno en cada esquina y porque tienen más de no se cuántas miles de sucursales, léase un HSBC, a hacer una "orden de pago internacional". Entiéndase que era la primera vez que yo hacía un trámite de esos y no tenía la más putrefacta idea de como era el cuento aquél. Así que ahí vamos Doña Marichú y ésta que escribe al mentadito Banco. ¿A cuál vamos? nos preguntamos la una a la otra, y decidimos ir a uno de los tres que nos quedan más cerca de casa. Ahí estábamos: estacionando el coche, sábado a las 12 del día, clima como el de los últimos días en que no llueve temprano pero tampoco hay sol y sin embargo el calor está de los mil diablos.
Bajamos del piojito (así le digo a mi coche), y cuando quedamos con la vista frente al vitral del banquito nomás escucho a mi lado derecho: "me recaaargo en la pared dos veces" Ja ja ja ja
Doña Mari se acababa de aventar una de esas frases que cuando una estaba chica ella no decía y a las que me está empezando a acostumbrar; que no dejan de sorprenderme y alegrarme por lo justas, divertidas y adecuadas pa' cada momento. La cosa era muy predecible: el banco estaba hasta el cepillo (que quiere decir MUY lleno... haaasta la real m.... bueno, ya me entendieron). Y bueno, ni modo de no entrar, había que ayudarle a Tatoo con el trámite bancario ese. Lo hacíamos de corazón y estábamos de buen humor como para pasar un ratin en un banco.
Entramos, no aire acondicionado, y en un espacio de verdad pequeño (uno de estos días lo voy a ir a medir) aproximadas 30 personas antes que nosotros en la fila de las ventanillas en donde, por supuesto, había solo 1 persona atendiendo, otro al que se le hacía bolas el engrudo con el depósito de una persona a la que atendió durante 20 minutos y otro que se estaba haciendo güey por ahí en algún lado trasero en el que no alcanzábamos a ver bien qué era lo que hacía.
Bueno. Doña Mari se formó en ootra fila, para que la atendiera la única ejecutiva presente. Frente a ella como 5 personas esperando turno. El tiempo pasó, la gente siguió llegando y en la fila en la que yo estaba, íbamos avanzando como de a 1 por cada 3 minutos (los conté). Si me sigo con la cuenta, pa cuando yo estaba a solo dos personas de que me atendieran, llevaba ya más de 1 hora formadita no? Así que después del tiempo de fila estaba yo muy a gusto por que por fin me atenderían, la cosa era que a la chica de la caja no se le veía muy contenta, con lo que pensé "esta hija de.. todos modos me va a atender mal y yo no estoy para aguantarla". Ya sé que no debo ser prejuiciosa pero en esas circunstancias uno no puede mas que prepararse para lo que seguramente vendrá.
Pero lo cosa se puso más grave cuando -puc- se fue la luz... Y pensé: seguro nos quedamos sin sistema en 5 minutos, pa' como vamos...
Y como fue:
- Buenas tardes, vengo a hacer un depósito (extendiéndole la tarjeta a la que se haría el depósito pues Doña Mari no tenía a la mano el número de cuenta. En eso también a ella le falla esto de la memoria) y una orden de pago internacional, me puede decir por favor qué necesito para la orden?
- Necesita el número de cuenta del depósito (y grito) ¡el que sigue!
- Oiga, pero en otros bancos puedo hacer el depósito mostrando nada ma...
- Pero en éste banco no (y eso que es el banco local del mundo eh!) ¡el que sigue!
- Bueno, pero me falta la orden de pago internacional
- Tampoco la puede hacer porque no trae su autorización y ya me quedan muy pocos minutos de sistema
Y entonces reventó la bomba....
- A ver, autorización de quién? y sabe qué? si no le gusta el servicio al cliente o está molesta porque tiene que trabajar en sábado o si me tiene que atender y mientras tanto su sistema se acaba de caer NO ES MI PROBLEMA. Debería intentar ser un poco más amable y de paso indicarme quién es su gerente para ver si él o ella sí puede y quiere atenderme...
Y entonces vino el cambio... yo no entiendo porqué uno tiene que amenazar con hablar con un superior para que le atiendan de medio buenas.
Me dijo que fuera con la señorita de los escritorios (en la fila en la que estaba formada la Marichú) y que allá me harían el trámite de la orden de pago internacional mientras que ella me hacía el depósito a la tarjeta que le había dado.
Pero tristemente, cuando llegué con la que parecía la gerente que además estaba atendiendo a los que estábamos formados en esa otra fila para trámites más especializados me di cuenta que la cajera de la primer ventanilla estaba actuando en consecuencia del ejemplo que le daba un superior: si la otra pobre era mala no les quiero ni platicar la ejecutiva del escritorio... y al final efectivamente se fue el sistema y no me pudieron atender.
Salimos de ahí Doña Mari y yo dispuestas a llegar antes de las 3pm a cuaquier otra sucursal, en la cual el trámite de la fila fue menor pero llegando a ventanilla me salieron con que "no tenían el formato para la orden de pago internacional" Cadajo, de verdad que no lo entendí ¿por qué no pueden ser más precavidos y pedirle a su proveedor de papelería que se los manden antes de que se les terminen? Es un baaancoooo!!!!
En fin, salimos corriendo de ahí para ver si en Satélite se podía, pero me evito la pena de contarles...
La cosa que tampoco se pudo hacer y me dieron las 3 de la tarde, hora en la que todas las sucursales cerraban.
Y así, mi Marichú tuvo que ir el lunes a hacer el mentado trámite.
Así que: Odio el HSBC.
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