julio 23, 2007

"Nicholas" y su nula calidad en el servicio

Insisto..... gente: si no les gusta tratar-lidiar-atender a un cliente... ¡no trabajen en cosas que implican un trato directo con ellos!

El fin de semana acompañé a la Marichú al Centro Comercial Parque Delta y en el camino se me atravezó la tienda de ropa "Nicholas". Debo decir, primero, que yo no iba en búsqueda de nada especial, yo no iba pensando comprar algo, y que para esto de las compras creo que soy más sencilla que la mayoría de las féminas. Por lo tanto, cuando algo no me gusta, no me lo pruebo. Y tampoco molesto a nadie pidiendo que me muestren algo que sé que no me voy a comprar porque no me gusta. Ah! pero la cosa cambia cuando me encuentro algo que de entre todo lo que hay, me "brinca".

Desde el aparador vi una blusa que me llamó la atención. Entré a la tienda, la busqué para ver si estaba tan a la mano como para no tener que lidiar con algún fulano que atiende (porque ya me sé la historia y me cansa soportarlos, así que procuro tener el menor contacto posible con ellos) y al ver que estaban hasta el fondo de la tienda, en un clavito cercano al techo del local, no me quedó más opción que "pedir" ayuda. Y lo pongo entre comillas porque literalmente nadie se me acercó después de 2 vueltas a ver si se me ofrecía algo.

Así que interrumpí la insulsa plática de domingo de un trío de vendedores hombres para pedirle a uno de ellos que me mostrara por favor la blusa en cuestión, a lo que respondió -sin mover un solo gramo de su cuerpo- "No la tengo en talla chica"

Cadaaajo!!! ¿y qué tal que no es para mi? hombrecito inútil!!!
Bueno, le respondí, te pedí que me la mostraras, no que me dijeras en qué talla la tienes, verdad? (la verdad es que sí, tengo muy poquita paciencia con ellos y ya fue más por joder que por otra cosa)
Así que, mal y de malas, la bajó, me dejó verla y le di amablemente las gracias. Efectivamente, era talla grande.

Lo peor: cuando iba saliendo, se me ocurrió la "estúpida" posibilidad de que si era de mi talla, podía llevarme la que estaba en el maniquí del aparador, así que, muy tontamente, le pregunté a oootra de las vendedoras pensando que por ser niña sería un poco mejor el asunto. Además el otro había regresado a su plática insulsa.

Me acerqué y díjele: hola, oye tú sabes si la blusa de la esquina en el aparador es talla chica?
y responde: sí, es talla chica
y yo: ¿y crees que la puedas quitar como para que yo me la pruebe y te la compre?
¿Saben qué respondió?
No, no la puedo quitar por que entonces ¿qué le pongo al maniquí?

¡¡Es totalmente absurdo!! Y está de más que yo les diga todo lo que yo le contesté. Y por supuesto no hubo un gerente-encargado-supervisor que me pudiera atender por que "estaba comiendo"
Salí completamente encabronada del lugar por mi falta de sentido común... ¿cómo se me ocurrió pensar que si yo compraba esa blusa, ellos podrían poner cualquier otra de las más de 120 cosas que estaban colgadas en la tienda?

Aaaaay, es que yo no entiendo.... ¿cómo me atrevo a molestarlos de esa forma, no?

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