julio 16, 2007

Uno de los colmos de todos los días

Los que son muy cercanos a ésta que escribe, saben de sobra que muy a menudo se me aparece un objeto no identificado en alguno de mis alimentos: llámese cabello en la sopa, piedrita en el arroz y hasta una grapa (de las de metal, de engrapadora común y corriente) en un sandwich. Todo esto sin importar si es comida casera o de algún restaurante: el que sea. Y a pesar de todo lo condenadamente asqueroso que puede ser la situación, he aprendido a no hacer mayores berrinches por algo que, según parece, me va a seguir sucediendo toda la vida. Ya hasta aprendí a detectar dichos objetos antes de comenzar a comer cada platillo sin parecer obsesiva ante los ojos de quien me acompañe en mis sagrados alimentitos. Pero esta mañana fue el colmo.
Estaba almorzando un delicioso "alambre" (de esos de carne de res, tocino, pimiento morrón, cebolla, tocino y queso) cuando de pronto mordí algo muy duro que me hizo ver estrellitas. Cuando inspeccioné el objeto, resulta que se había roto uno de los dientes del tenedor. . . ¿no es el colmo?

No hay comentarios.: